08/04/2024 - DEPORTES - www.LebrijaDigital.es
Durante los días 5, 6 y 7 de abril, la ciudad de Ceuta ha acogido la primera edición de las Jornadas Intercontinentales de Senderismo y Marcha Nórdica, que ha contado con la participación de la Escuela Municipal de Marcha Nórdica de Lebrija.
Un total de 55 marchadores de nuestra localidad han podido disfrutar de diversas actividades deportivas, medioambientales y culturales durante todo el fin de semana organizadas excelentemente por el club de montaña Anyera, como actividad especial de su 25 aniversario. Un intenso y apretado programa que ha contado con la importante colaboración de los Servicios Turísticos de Ceuta, facilitando el transporte de los deportistas, así como diversas visitas guiadas.
El sábado tuvo lugar la primera actividad de convivencia con una ruta lineal de 11 kilómetros, utilizando como eje vertebrador los senderos locales homologados y caminos y veredas antiguos. Los marchadores pudieron conocer de la mano de guías especializados la importancia de la Red Natura 2000 y la zona LIC-ZEPA del arroyo de Calamocarro, así como la historia de los distintos fuertes antiguos existentes en la zona. Adicionalmente pudieron disfrutar de las grandes vistas del estrecho y Marruecos desde el Monte del Renegado y mirador de Isabel II. Tras un reconfortante pic-nic en ruta, pudieron visitar ya en la ciudad, el Conjunto Monumental de las Murallas Reales y el impresionante yacimiento de la Puerta Califal y la Basílica Tardo-romana.
El domingo la actividad comenzaría temprano con un intercambio de impresiones, futuros proyectos de colaboración y obsequios representativos de nuestra localidad entre el Director General de Deportes de Ceuta, Sergio Aguilera; el alcalde de Lebrija, Pepe Barroso; el presidente del club Anyera, Miguel Martínez y el coordinador de la Escuela Municipal, Nacho Ramírez. Prosiguió la actividad con una ruta circular de unos 12 kilómetros por la península de Almina para conocer la historia del Fuerte San Amaro, ermita de San Antonio, los detalles de la fortaleza del Hacho y finalizar la ruta por la playa de la Torrecilla hasta el centro de la ciudad.
Las jornadas finalizaron con una excelente comida de hermandad hispano-marroquí en el restaurante El Cielo antes de regresar a Lebrija vía marítima. Todos los marchadores lebrijanos coincidieron en que fue una experiencia inolvidable enmarcada en una bella ciudad lejos de falsos e injustos estereotipos, tópicos e imágenes distorsionadas e injustas sobre ella, donde conviven en armonía cuatro culturas diferentes.